lunes, 4 de marzo de 2013

PRÓLOGO: PÁJAROS Y COCHES


Aire. El cielo esa mañana estaba claro, no se veía ni una sola nube, como debe ser a comienzos de verano, pero hacía fresco. En sus pulmones entraba el aire más limpio que se podía conseguir en el centro de la ciudad. Se asomó al balcón y miró hacia abajo. A seis pisos de distancia de tierra firme, desde la terraza del apartamento, podía disfrutar de una vista impresionante. La amplia avenida, las palmeras plantadas en esas zonas de hierba del cruce con la calle que bajaba desde la montaña. El tráfico no era demasiado intenso, solo algunos coches que pasaban de un lado a otro, con la tranquilidad contagiosa de un domingo. El trozo de mar que podía ver entre dos bloques de pisos de enfrente era de un azul intenso, el agua clara. Dio un pequeño sorbo al té, servido en su taza favorita, con la portada del álbum “Abbey Road” de los Beatles.  Miró el reloj. Eran las once en punto.

De repente, los pájaros, antes descansando sobre los edificios cercanos, empezaron a volar alborotadamente, dando vueltas por el aire a una velocidad vertiginosa. Se quedó mirando la escena con asombro y extrañeza. Nunca había visto tanto jaleo en el pedazo de cielo que contemplaba desde la pequeña terraza. La mayoría de los pájaros eran golondrinas y gorriones, junto con otras especies que no lograba identificar. Volaban en círculos, cruzándose unos con otros, o cayendo en picado un poco para luego subir de nuevo. No paraban. Desde el balcón, se preguntó qué les pasaía.

Y entonces ocurrió. Todo fue muy rápido. Vio un Volkswagen Golf blanco que iba por la parte derecha de la avenida. Y un gran todoterreno negro con cristales tintados cuyo modelo no reconoció. El segundo coche pasaba a toda velocidad. Cuando estuvo suficientemente cerca del Volkswagen, giró bruscamente, chocando lateralmente con el pequeño coche blanco, y sacándolo de la carretera. El todoterreno no perdió el control. En cambio, el Volkswagen dio media vuelta, golpeó brutalmente de lado una farola cercana y siguió girando y moviéndose, sin que el conductor pudiera manejar la situación. Si es que el conductor aún estaba vivo, después del gran impacto que había abollado el lado izquierdo del vehículo. El ruido de los golpes era ensordecedor, aumentando cada vez más con cada golpe, y se mezclaba con el chirriar constante de los neumáticos deslizándose sobre el asfalto, formando una horrible sinfonía. El coche chocó contra la mediana, voló unos metros en el aire y cayó estrepitosamente sobre la carretera. Solo en ese momento se detuvo. Pero para entonces, el coche negro ya había desaparecido.

Humo. Era todo lo que podía ver donde estaba el coche. El poco tráfico que había quedó detenido, y muchos conductores salieron de sus vehículos para ver lo ocurrido. Desde el balcón vio cada vez más gente agrupada en torno a la nube de humo oscuro. Los oídos le pitaban y le dolía la cabeza del gran estruendo del accidente, si es que se podía llamar así a lo que había presenciado. Su cuerpo entero estaba paralizado, y no era capaz de pensar. Se dio cuenta de que sus manos temblaban, y dejó la taza sobre la mesa de la terraza. En los bloques de pisos de la zona, las ventanas empezaron a abrirse y rostros a asomar por ellas, y los balcones se llenaban de personas que habían oído el ruido. Abajo, el humo se había disipado un poco, dejando ver siluetas de gente caminando despacio hacia el Volkswagen blanco, intentando ver al conductor. La ambulancia no tardó en llegar, y todos los conductores apartaron los coches para dejarle paso. Bajaron dos hombres de la ambulancia y se dirigieron al vehículo destrozado. Poco después, la policía estaba allí, unos agentes organizando el tráfico y otros acercándose al coche con los de la ambulancia. El humo les dificultaba ver el interior del Volkswagen, pero tardó un momento en desaparecer, y encontraron al conductor. Estaba muerto. Desde el balcón, a pesar de la distancia, se podía ver el cuerpo desplomado sobre el volante, inmóvil e inerte.

1 comentario:

  1. Déjate inundar por las palabras y que los demás disfrutemos de tu creatividad.

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